El mercado se recupera este 2017, pero a dos velocidades
La demanda aumentará, fomentada por tres perfiles, algunos de ellos ya han sido pilares importantes en 2016. El comprador repositor, que en un porcentaje destacado opta por la vivienda sobre plano, es uno de ellos. Además, compra a precio de hoy y espera vender su casa actual a precio de mañana en una tendencia alcista.
A su vez, ante la mejora del empleo, se consolidará el demandante joven de primera vivienda. En los últimos meses de 2016 ya se apreciaba su entrada. Por otro lado, está el protagonismo del inversor no especulativo, cuyo objetivo es invertir para destinarlo al alquiler ante la subida de rentabilidad de estos activos o para ampliar su patrimonio.
Nuevas ciudades
El sector inmobiliario camina a dos velocidades. Tras la crisis, la recuperación empezó en ciudades como Madrid, Barcelona, Málaga/Costa del Sol o las islas. De hecho incluso en éstas, el cambio también ha sido por barrios. Pero en 2017 ya se unirán con más fuerza otras ciudades como Alicante, Córdoba, Valladolid o Zaragoza, por citar algunas, que tienen un gran potencial de crecimiento y una demanda latente. Esto supondrá un incremento de precios en estas áreas, mientras que habrá otras ciudades a las que todavía quedará camino por recorrer.
Con respecto a la obra nueva, podemos decir que subirá más que la usada porque todavía hay poca oferta y la demanda es alta. Esto también es porque en determinadas zonas la compra de suelo se está realizando con expectativas de subida del producto final. Pero en 2017 ya se verá una importante reactivación y se pondrán en marcha más promociones que en 2016 en más ciudades, lo que hará que se vaya equilibrando la oferta y la demanda.
El suelo: de activo tóxico a objeto de deseo
Ya ha ocurrido en 2016, pero la tendencia seguirá en la senda creciente e incluso se potenciará. El suelo ha pasado de ser el eterno activo tóxico a uno de los más preciados objetos de deseo, especialmente en comunidades como la de Madrid. En ésta, la escasez de oferta en el mercado ya está provocando el aumento de precios en las transacciones de este bien y como no se esperan muchos cambios, la línea alcista continuará.
El problema es que estas subidas repercutirán en el importe final de la vivienda, algo que ya se empieza a notar, pero que se verá en mayor medida en 2017. Serán protagonistas la escasez de suelo, unida a paralización de algunos proyectos. Eso sí, al igual que ocurre en el mercado de la compraventa de vivienda, esto irá por barrios. La tensión se centra en zonas muy concretas y no se debe generalizar.
Jóvenes y alquiler
El alquiler vive un buen momento y esa tendencia se extenderá a 2017, especialmente en el segmento más joven que, cuando se independiza, prefiere vivir de alquiler. Su mentalidad ha cambiado y a la falta de ingresos se une la necesidad de tener más libertad de movimiento, junto con la voluntad de no estar hipotecados durante 30 años.
Artículo publicado en: Fotocasa