Es una nueva modalidad y se está extendiendo: no pagar alquiler o pagar menos a cambio de reformar la casa en la que se vive. Lo permite la ley. En su artículo 17, la Ley de Medidas de Flexibilización y Fomento del Mercado del Alquiler –modificadora de la Ley de Arrendamientos Urbanos en 2013– explica que el propietario puede sustituir total o parcialmente el pago de la renta a cambio del compromiso del inquilino de reformar o rehabilitar la vivienda alquilada.

Sólo en el portal de Fotocasa existen más de 250 propiedades disponibles para reformar por el inquilino a cambio de descontarlo del precio del alquiler y permitir al arrendatario adecuar la casa a su gusto. En España abundan las construcciones de los 60 y los 70 y esto se refleja en el tipo de construcción y azulejos que abundan en este tipo de propiedades ofertadas para reformar. Muchos de los pisos ofertados para reformar también incluyen opción a compra

Según explican en Habitissimo, “existe una demanda creciente en las reformas que no implican obra ya que son más rápidas y baratas y permiten resultados efectivos”. Por ejemplo, los suelos de resina o tarima flotante son un 30% más baratos que los embaldosados y no requieren obra para instalarse. De hecho, la principal motivación de las reformas es actualizar la vivienda (75%), según datos de Fotocasa.

En este portal se leen anuncios como este: “Es intención del propietario, un alquiler de larga duración, para familias que quieran vivir en esta finca y hacerla su hogar, a su gusto”. A cambio de que el inquilino se encargue de las reformas, se ofrecen cadencias y rebajas en el precio del alquiler. “Encargándose el inquilino de la reforma, el precio sería el siguiente: 250 euros durante los primeros 4 años.; 350 euros los siguientes 3 años; 650 euros sería en lo que finalmente se quedaría el alquiler” anuncia el arrendador de este piso de Zaragoza.

Habitissimo calcula que para renovar una vivienda de 70 metros un presupuesto de 15.000 euros puede revalorizarlo entre un 20 y un 30%. "Las casas antiguas son más grandes y tienen mucho potencial. Además, una vez ha finalizado el contrato de alquiler reducido, el propietario cuenta con un piso revalorizado que alquilará antes y por más valor”, aseguran.

Con esta fórmula, tanto propietario como inquilino se verían beneficiados. El inquilino avanzaría el dinero para la reforma que se descontaría de las futuras rentas y podría adecuar la casa a sus necesidades. Por otra parte, el arrendador conseguiría una casa en mejores condiciones que facilitaría futuros alquileres o la compraventa. Muchos de los pisos ofertados para reformar también incluyen opción a compra.

Artículo publicado en: 20minutos

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