El baño y la cocina son de las partes de la casa que más se ensucian. Y ya sabes la máxima: no se trata de limpiar más, sino de ensuciar menos… Entre tanto, te contamos unos trucos bien útiles para mantener a raya a las bacterias y a la grasa. Porque a veces vale más maña que fuerza. 

 

En la cocina

Es lógico que la grasa tienda a acumularse, máxime si eres un cocinillas: la verás aparecer en la campana extractora, los azulejos, etc…. Para los azulejos te recomendamos un producto específico para esta superficie, en este caso tienes que saber que hay productos de secado rápido, que facilitan la tarea. Bastará diluir un tapón del producto en un litro de agua caliente y frota con una bayeta que esté bien escurrida.

Para la encimera lo más recomendable es utilizar piedra blanca de limpieza, que sirve para cualquier tipo de material.

Campana extractora

Es una de las partes que más grasa acumula. Para limpiarla puedes poner agua en una olla con un vaso de bicarbonato. Activa la campana y déjalo una media hora aproximadamente. Después, límpiala con estropajo suave, agua y detergente. Para los filtros va muy bien meterlos en el lavavajillas. Si no entran, ponlos en agua caliente con desengrasante.

La placa o el gas

La placa, sea vitrocerámica o inducción, deben limpiarse con productos específicos y conviene, si quieres que dure, no hacer experimentos con gaseosa. Antes de aplicarlos, retira los restos con una buena rasqueta, elemento imprescindible si tienes cocina de este tipo. Si es de gas, quita los quemadores y ponlos en un bol con vinagre templado. Espera una hora y después frota con estropajo, verás que todos los restos salen fácilmente.

Horno

Si no quieres que se acumule la grasa, límpialo después de cada uso, sí, aunque te dé pereza… Si está muy sucio, enciéndelo a 50 grados, espera un ratito y después aplica espuma limpiahornos. Cierra la puerta y deja actuar unos 20 minutos. Después, aclara con esponja y agua.

Unas rutinas muy básicas para que la cocina no acumule suciedad es limpiarla después de cada uso. También conviene poner la campana extractora cada vez que cocinemos, aunque vayan a ser cinco minutos. Y una bayeta húmeda por los muebles cada día se acaba notando en el mantenimiento.

En el baño

La cal será uno de tus enemigos y cuanto más dura sea el agua de tu ciudad, más cal en tus sanitarios. De los grifos puedes eliminarla con productos específicos para ello. Para los azulejos puedes utilizar un limpiador con bioalcohol. Después de aplicarlo no te olvides de secarlos con una bayeta. Para el inodoro tendrás que echar mano de un producto desincrustante.

Si tienes problemas de humedad y no hay ventana a la calle (suele ser habitual que los baños sean interiores), puedes probar con un deshumidificador varias veces al día. Si ya hay moho en las paredes tendrás que utilizar un producto fungicida.

En todo caso, para mantener el baño limpio merecen la pena unas rutinas diarias muy básicas como pasar una bayeta de secado cada vez que utilices el lavabo y quitar las gotas de la mampara después de la ducha. Además, pasa la fregona después de cada ducha eliminando las gotas de agua que hayan podido caer fuera. A primera vista te parecerá engorroso, pero facilita las tareas a medio plazo.

 

Fuente: Lucía Martín (Colaborador de idealista news)