Cada vez hay más oferta entre las tarjetas prepago o recargables. La OCU recomienda utilizarlas en viajes y compras por Internet, entre otras cosas por la protección que suponen contra fraudes.

Desde hace unos años, a la tarjeta de débito de toda la vida le ha salido un competidor: la tarjeta prepago o recargable. Un plástico que se “carga” con el importe que desees, normalmente a cargo de otras tarjetas de crédito o de débito. “La cantidad que ingreses es el límite máximo de gasto. La tarjeta así cargada se puede usar para pagar compras (online o físicas), servicios, pero también para sacar dinero en cajeros”, explican desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).

El dinero con el que se recarga la tarjeta se gestiona “a través de una cuenta de dinero electrónico, online o mediante una app, pero ya hay algunas incluso asocian una cuenta con número de IBAN y permiten recibir y realizar transferencias, domiciliar recibos, etc.

Precisamente, la OCU considera que estas tarjetas pueden ser un buen complemento, sobre todo para viajes y para compras y suscripciones de servicios en Internet, que cuenta con dos grandes ventajas: son un medio de pago adecuado incluso sin tener cuenta corriente, y reducen la posibilidad de uso fraudulento que, de producirse, solo se limitaría al saldo prepagado. De hecho, recuerdan que cada año se producen en España más de un millón de operaciones fraudulentas con tarjetas, según el Banco de España.

Además, “son la mejor opción para viajar fuera de España y para comprar online en divisas distintas al euro, porque, a diferencia de lo que sucede con las tarjetas de crédito convencionales, las tarjetas prepago no suelen aplicar comisión por sacar dinero en cajeros extranjeros, ni comisiones por cambio de divisa  (hay algunas, como Revolut y Monese Simple que sí cobran  un porcentaje del tipo de cambio en compras superiores a 1.000 y 2.000 euros respectivamente). Sin embargo, casi todas las tarjetas de crédito o débito cobrarán entre un 4 y un 5 % del dinero extraído en los cajeros y hasta un 3 % del importe de las compras por cambio de divisa”, explica la OCU.

7 tarjetas bajo la lupa

Sin embargo, a la hora de elegir una, ¿cómo podemos saber por cuál optar? Lo cierto es que “la mayoría de las tarjetas prepago no tienen cuota anual, ni comisión por recarga o por transferencia (las que la permiten). Es más, suelen permitir sacar dinero de cualquier cajero sin comisiones, dos o tres veces al mes o hasta cierto importe: normalmente hasta 200 euros. Del mismo modo, suelen admitir la posibilidad de transferir dinero fácilmente a otra persona vía móvil (Bizum). E incluso las hay que permiten pagar directamente con el móvil mediante Google Pay o Apple Pay”, apunta la OCU.

Es decir, en el análisis realizado por la OCU entre algunas de las opciones más populares observamos que en general estas tarjetas tienen condiciones similares, “aunque si se quieren usar para realizar y recibir transferencias, es necesario contratar alguna de las que van vinculadas a una cuenta con IBAN, como N26, Revolut (cuenta estándar), Rebellion Pay o BNC10. Si solo va a usarse para compras on line y le da más confianza un emisor español, Bnext es la mejor opción”, señalan.

 

Artículo publicado en Byzness

 

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