A la espera de que el Gobierno autorice la reapertura de los establecimientos comerciales, las empresas se prepararan para cuando llegue la nueva normalidad en la que la distancia social marcará el ritmo. 

Desde ACOTEX, la patronal del comercio textil, han lanzado varias recomendaciones básicas centradas en extremar los procesos de limpieza y desinfección de los establecimientos a diario, controlar el aforo en las tiendas, mantener la distancia segura de 1 metro y medio entre las personas, y asegurarse de que tanto empleados como clientes están debidamente protegidos con mascarillas y guantes, y hacen uso del gel desinfectante.

Todas estas son premisas que van a requerir una adaptación rápida por parte de los establecimientos. Y también aquí, la innovación puede ser de gran ayuda. Lo quiere demostrar Beabloo, una compañía española de retail tech fundada en 2008 que ha adaptado sus soluciones tecnológicas para dotar a los negocios de herramientas con las que minimizar el riesgo de contagio en los espacios físicos. 

Herramienta contra el COVID-19

El producto, denominado Interaction Care, está integrado dentro del paquete que ya ofrecen a sus clientes para comunicar digitalmente con sus usuarios. “Cuando empezó la crisis nos preguntamos qué podíamos hacer para ayudar”,  asegura Jaume Portell, consejero delegado y cofundador de Beabloo, quien explica que tras varias semanas de trabajo han convertido “nuestra solución Active Customer Intelligence en una herramienta contra el COVID-19”.

Para lograrlo han tenido que cambiar la forma en la que gestionan los datos: “Lo que hacemos ahora con nuestros ojos digitales es observar la distancia a la que están las personas en el punto de venta para, cada cuarto de segundo, calcular qué interacciones de riesgo se están llevando a cabo y dónde ocurren”. 

Cuando habla de “ojos digitales”, Jaume Portell se refiere a las cámaras térmicas, cámaras cenitales y sensores de visión y análisis con los que su empresa equipa los espacios físicos. Instalados estratégicamente en el recinto, recopilan información sobre cuánta gente entra en el establecimiento, por dónde circulan, dónde se paran e, incluso, si llevan puesta una mascarilla o si pertenecen a un grupo de riesgo

“Hemos afinado la tecnología para detectar la edad de las personas y ser más conscientes de cuándo hay más riesgo para un determinado individuo. Estimamos la edad mediante análisis por computer vision y avisamos a la tienda para que les atienda de forma prioritaria”, explica el CEO de Beabloo.

Tecnologías de detección en un espacio físico. // Beabloo

¿Qué permite? 

El análisis y tratamiento de estos datos permite por ejemplo saber la ocupación de la tienda en tiempo real, localizar en qué lugares se ha producido una mayor concentración de usuarios o una interacción de riesgo, y disponer de un mapa de calor del tránsito de los clientes al finalizar la jornada. 

¿Qué permite toda esta información? Para empezar, facilita un control de acceso al establecimiento inmediato y fiable. Beabloo completa este proceso a través de cartelería digital y contadores de personas digitales que, instalados a la vista de los clientes, les permite saber cuánta gente hay dentro y cuándo es su turno para entrar. 

Además, proporciona a los responsables los puntos de venta la capacidad de reestructurar el camino de paso de las personas en base a criterios objetivos, para que evitar que entren en contacto entre sí. Al mismo tiempo, posibilita unas tareas de desinfección más rápidas y eficaces, al señalar las áreas donde se ha producido la mayor concentración de personas.

También ayuda a rediseñar la distribución horaria de los empleados para dar la mejor cobertura en los momentos de más afluencia de clientes. 

¿Quién puede usarla?

Desde entidades bancarias a oficinas, hoteles, supermercados, farmacias o tiendas de ropa. Todo tipo de superficies corporativas, independientemente de su tamaño, son aptas para equiparse con esta solución tecnológica. Lo que sí difiere es el caso de uso. 

Se aplica de forma diferente en los distintos sectores y estamos trabajando con expertos para hacer aterrizajes específicos para hoteles, residencias de ancianos, supermercados… Estamos tratando de generar soluciones específicas que se ajusten a los casos de uso, porque la tecnología es la misma, pero la aplicación no”, detalla Jaume Portell, CEO de Beabloo. 

También la administración pública puede hacer uso de esta tecnología. Según explican, ya están trabajando en el nuevo aeropuerto de Estambul y tienen previsión de trabajar en otros aeropuertos de ámbito nacional. Además, han mantenido contacto con el Gobierno central y han encontrado “interés”, aunque por ahora no hay avances. “También estamos viendo interés en el transporte público, aunque esto es más a medio plazo”, añade Portell. 

¿Es seguro?

Con respecto a la privacidad de los datos de los clientes, la empresa asegura que no se guarda “ni una sola imagen” ni dato personal y que el software se limita a realizar las estimaciones y análisis de movimientos, tiempo de permanencia o edad. 

Y en lo que se refiere a las posibles vulnerabilidades de cara a los negocios, Jaume Portell aclara que todos los sensores IoT recogen información encriptada y pasan un proceso de certificación. “Lo único que hacen es medir y mandar el dato hacia la nube. Y en el cloud trabajamos también con las últimas certificaciones para garantizar la protección”, incide.

Gratuita para clientes

Todas estas funcionalidades están ya disponibles de forma gratuita para los clientes y partners de Beabloo, repartidos en los más de 20 países en los que tienen presencia. 

“Cualquier empresa que quiera aplicarlo puede desplegar una de estas soluciones o la totalidad del paquete, está dentro del precio estándar y no hemos hecho ningún cambio en el precio”, explica el directivo, quien considera fundamental proteger a los trabajadores y a los clientes, así como a la economía, “para que la situación se pueda levantar lo antes posible”.  

La compañía planea seguir mejorando el producto Interaction Care con la incorporación realidad aumentada para poder visualizar las zonas de riesgo con la app móvil. También están trabajando en la forma de compartir los mapas de calor con los robots de limpieza de los que disponen algunas empresas y hacer su funcionamiento más eficiente.

 

Artículo publicado en Byzness

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