El precio de los alquileres, sobre todo en las grandes ciudades españolas como Madrid o Barcelona, es ya similar al de los años previos a la crisis. Por eso, muchos jóvenes, cansados de que la renta les suba en cada renovación, se plantean comprar una casa para pagar menos al mes, ya que las cuotas hipotecarias son ahora más económicas que las mensualidades de un alquiler. Pero ¿es tan fácil adquirir una vivienda a una edad tan temprana (menos de 35 años)? A continuación vemos qué ventajas se les ofrecen a los millennials y con qué inconvenientes se pueden encontrar.

Ventajas para los compradores de vivienda con menos de 35 años

Empezaremos con las facilidades que la Administración y los bancos dan a los menores de 35 años para que se compren una casa. En el caso de las instituciones públicas, la ventaja más notable es el descuento del impuesto de transmisiones patrimoniales (ITP), que puede obtenerse en algunas comunidades autónomas. Este tributo, de competencia autonómica, es el que debe abonar el comprador cuando adquiere una vivienda de segunda mano.

En estos momentos, hay 10 comunidades que nos aplicarán un ITP más bajo si somos jóvenes: Andalucía, Aragón, Canarias, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Cataluña, Comunidad Valenciana, Extremadura, Galicia y Región de Murcia. Por ejemplo, si queremos adquirir una vivienda de segunda mano en Cataluña y tenemos menos de 32 años, el impuesto será del 5 % en vez del 10 %, mientras que si la casa la compramos en Andalucía, el ITP será del 3,5 %, en vez del 8%, en el caso de que tengamos menos de 35 años.

También los bancos pueden darnos facilidades si somos millennials. Aunque ya no es tan habitual, unas pocas entidades aún disponen de una hipoteca joven, es decir, de un préstamo hipotecario específico para menores de 35 años con condiciones más atractivas: un interés menor, un plazo más largo, mayor financiación, etc. En ocasiones, estos bancos tienen acuerdos suscritos con instituciones públicas que subvencionan estas ayudas.

Además, tal y como recoge un estudio elaborado por el comparador bancario HelpMyCash.com, la mayoría de las entidades está dispuesta a otorgar una mayor financiación, si un joven solicitante tiene un buen perfil, pero aún no dispone de ahorros suficientes para pagar todos los gastos de la entrada. Expresado en otras palabras: cubre más del habitual 80 % del valor de la vivienda, llegando al 90 % o a veces incluso es una hipoteca al 100 %.

En general, el futuro comprador debe tener ahorrado entre el 30 % y el 35 % del precio de la casa que quiere adquirir para abonar la parte que el banco no financia más los costes de escrituración. Pero si somos jóvenes y contamos con un buen perfil, ese porcentaje de ahorros puede ser inferior al 25 % o incluso del 20 %, dependiendo del banco al que acudamos.

Los jóvenes tienen menos capacidad de ahorro

Pero pese a estas ventajas, los millennials se encuentran también con dificultades para comprarse una casa en España. La más importante es su falta de ahorros, pues, aunque los bancos pueden financiarles una mayor parte de la compraventa, muchos jóvenes no han sido todavía capaces de reunir el dinero suficiente para cubrir una parte del precio de la vivienda más el coste de escriturar la hipoteca y la propiedad.

En ese sentido, los altos alquileres que se pagan en las ciudades más importantes no ayudan a resolver el problema. Al tener que abonar unas rentas muy elevadas, los jóvenes apenas tienen capacidad para ahorrar, por lo que no les queda más alternativa que pedir el dinero a sus familiares (a sus padres, principalmente) o seguir de alquiler durante muchos años para reunir la suma necesaria.

Otro hándicap importante es su poca antigüedad laboral. Como llevan menos tiempo en el mercado de trabajo, es difícil que hayan podido estar muchos años en una misma empresa, algo que los bancos no ven con buenos ojos cuando tienen que decidir si dan la hipoteca o no. A eso hay que añadir que los españoles menores de 35 años son los que sufren una mayor inestabilidad laboral, otro punto en contra de cara a conseguir financiación.

Por ello, los millennials que cuentan con un buen perfil (buen empleo, ingresos altos, etc.) encontrarán diversas facilidades para comprarse una vivienda, incluso si no tienen el 35 % del coste del inmueble que se requiere para realizar la operación. En cambio, a los que no tengan nada de dinero ahorrado y sufran de cierta inestabilidad laboral no les quedará más remedio que seguir de alquiler hasta que mejore su situación económica.

 

Artículo publicado en: Eroski Consumer

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