Los pellets, unos pequeños cilindros producidos con excedentes madereros, son un combustible más ecológico y económico que el gasóleo, el gas o la electricidad. En otros países, en especial del norte de Europa, se utilizan de forma común desde hace décadas, mientras que en España han empezado a emplearse en los últimos años. No obstante, antes de instalar una estufa o una caldera de este tipo de biomasa, conviene estudiar bien si se adapta a nuestras necesidades y presupuesto. Este artículo explica las ventajas e inconvenientes de la calefacción con pellets y cómo tener una que sea buena.
Ventajas e inconvenientes de las calefacciones con pellets
Los pellets reutilizan los excedentes madereros que, de otra forma, aumentarían el riesgo de incendios forestales
Los pellets se elaboran con desechos de madera como el serrín, las virutas o las astillas de los árboles. Procedentes de la agricultura o residuos industriales o municipales, se conglomeran a alta presión y se les da forma de pequeños cilindros. Su principal particularidad es el alto poder calorífico que tienen, por lo que se emplean como combustible de sistemas de calefacción. Las ventajas de los pellets en este sentido son diversas:
- Son más ecológicos que los combustibles fósiles. La madera es un recurso natural renovable, siempre que se gestione y consuma de forma sostenible. Utilizado de manera óptima, sus emisiones de dióxido de carbono (CO2), principal gas implicado en el cambio climático, son casi nulas. No contiene azufre, por lo que se evitan problemas de lluvia ácida. La fabricación de pellets supone la reutilización de los excedentes madereros que de otra forma se desperdiciarían y que en los bosques son un peligro porque pueden propiciar incendios forestales. Las cenizas provenientes de su combustión se pueden reutilizar como abono mediante compostaje.
- Son más baratos y seguros que los combustibles fósiles. Aunque en los últimos años su precio en España ha subido porque la producción no ha crecido al ritmo del aumento de la demanda, su coste es aún menor que el del gas, el gasóleo o la electricidad. En función de factores como el consumo o el tipo de sistema, se pueden ahorrar importantes cantidades de dinero al año. Además, no tiene riesgo de explosión y no produce malos olores.
- Reducen la dependencia energética hacia el exterior. España necesita importar un 80% de la energía que consume, en su mayoría petróleo y gas natural. Al emplear energías renovables autóctonas, como los pellets, la balanza comercial se resiente menos. Según datos de la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa (Avebiom), con el uso de 10 millones de toneladas de biomasa, se evita la importación de 20 millones de barriles de petróleo por valor de mas de 1.000 millones de euros/año.
- Contribuyen a generar empleo local. La industria de la madera cercana al consumidor se beneficia, al igual que todo el sector generado a su alrededor, desde el transporte a los fabricantes de calderas o estufas específicas para este material. Según datos de Avebiom, en España se ha pasado de cuatro fábricas en 2011 a una quincena en la actualidad, y entre 50 y 60 distribuidores. Su presidente, Javier Díaz, asegura que el sector de la biomasa, en el que se incluyen los pellets, crea «135 puestos de trabajo directos por cada 10.000 habitantes, frente a nueve con petróleo y gas natural. En España se podrían producir 594.000 puestos de trabajo directos con la bioenergía».
- Pueden ser polivalentes. Se encuentran sistemas que, además de calentar una vivienda o una habitación, calientan el agua, como con los acumuladores de agua caliente sanitaria (ACS), o sirven para cocinar, como las termococinas.
Antes de hacerse con un sistema de calefacción con pellets, conviene conocer también sus desventajas. Estos sistemas son en general más caros que los convencionales, de manera que habrá que tenerlo en cuenta para amortizar la inversión. En función de factores como la tecnología o el sistema utilizado, desde una estufa individual hasta una caldera de condensación, los precios pueden oscilar entre los 400 y los 18.000 euros.
Asimismo, requieren un mayor espacio y atención. Las calderas de pellets son menos compactas que las de gasóleo o gas, pero sobre todo, hay que pensar el lugar donde se almacenarán los pellets, para no quedarse cortos, guardarlos en malas condiciones o gastar más de lo necesario. Estas calderas tienen que instalarse con una salida de humos.
Para obtener un buen rendimiento y evitar problemas, las calderas de pellets necesitan por lo general un mayor mantenimiento, sobre todo de limpieza de las cenizas, si bien hay modelos automáticos que facilitan la tarea.
Cómo tener una buena calefacción con pellets
Si tras sopesar los pros y contras se decide instalar un sistema de calefacción con pellets, se recomienda seguir los siguientes consejos:
- Realizar un estudio previo. No es lo mismo calentar una habitación puntual que todo un edificio comunitario. Hay una gran variedad de modelos, potencias y calidades de estufas y calderas. Lo mejor es contactar con un experto que estudie e instale el sistema que se adapte a nuestras necesidades y presupuesto, y analizar si se pueden aprovechar elementos previos, como radiadores o suelo radiante.
- Buscar ayudas públicas. Instituciones como el IDAE o las entidades con responsabilidad en energía y/o medio ambiente de las comunidades autónomas ofrecen ayudas para adquirir este tipo de instalaciones renovables.
- Conseguir pellets de calidad. Los mejores son los que llevan certificados de calidad, como el ENplus. Un buen pellet debe estar de una pieza y tener un color uniforme. Si tiene mucho serrín, están desechos, húmedos o tienen polvo o puntos de color (llevan otros materiales), no son buenos.
- Realizar un buen almacenamiento y mantenimiento. Cuanta más cantidad de pellets se compre, más baratos salen. Se pueden adquirir en bolsas de 15 kilos o en toneladas, traídos por camiones cisterna. Para espacios y presupuestos limitados, una opción interesante son las calderas de pellet con tolva incorporada.
Fuente: Alex Fernández Muerza