Entre las obligaciones que tiene un inquilino al alquilar una vivienda se encuentra la de devolverla tal y como la encontró cuando entró a vivir en ella. De hecho, la Ley de Arrendamientos Urbanos es muy clara al respecto: “el arrendatario deberá devolver el inmueble en el mismo estado en el que se encontraba cuando el propietario se lo entregó”.

De lo contrario, el casero estará en pleno derecho de reclamar los daños en la vivienda alquilada e, incluso, de descontarlos de la fianza del alquiler. Pero ¿qué pasos debe seguir para reclamar estos daños en la vivienda?

¿Qué daños se pueden reclamar en una vivienda alquilada?

Entre las comprobaciones que hay que hacer cuando un inquilino deja el piso de alquiler se encuentran los daños o desperfectos que haya ocasionado en el inmueble durante el tiempo que haya estado viviendo en él, ya sea en el mobiliario, como en los electrodomésticos e, incluso, en los elementos estructurales del inmueble.

Y no sólo eso. En el caso de que el inquilino decida hacer ciertos cambios o reformas en el inmueble deberá contar con el consentimiento por escrito del propietario. Eso sí, en el momento en el que deje el piso deberá devolverlo tal y como estaba, a no ser que el casero diga lo contrario. De hecho sólo podrá y “deberá llevar a cabo las pequeñas reparaciones que exija el desgaste por el uso ordinario del inmueble”, según recoge la LAU.

Si el inquilino no cumple con todo ello, el propietario estará en pleno derecho a reclamar los desperfectos que haya ocasionado y, como decimos, descontarlos de la fianza e, incluso, de la garantía adicional. Pero ¿qué pasos deberá seguir?

¿Cómo se pueden reclamar los daños en una vivienda alquilada?

Aunque la LAU no establece un plazo determinado de tiempo para que el casero reclame desperfectos a sus inquilinos, sí que determina que la reclamación deberá hacerse antes de volver a poner el inmueble en alquiler. Lo recomendable, eso sí, es hacerlo en los siguientes treinta días después de que el inquilino haya devuelto las llaves y, en consecuencia, haya dejado el piso.

Hablar de forma amistosa con el inquilino para que subsane los desperfectos

Hay varias formas de reclamar los desperfectos en un piso alquilado. Sin embargo, lo recomendable es que el casero hable de forma amistosa con el inquilino y le exponga los hechos, para darle la oportunidad de dejar el piso como lo encontró, o bien que ambos acuerden descontar los daños de la fianza y, en caso necesario, de la garantía adicional -si la hubiera-.

En el caso de que la fianza y la garantía adicional no llegaran a cubrirlos, deberá ser el inquilino quien se haga cargo de ellos, o bien se los pague al casero, en caso de que sea éste quien se encargue de subsanarlos.

De todo ello debe quedar constancia por escrito en el momento de la entrega de las llaves, que es cuando el propietario verá la mayoría de los desperfectos ocasionados; por lo menos aquellos que se pueden observar a simple vista.

Reclamar los desperfectos por vía judicial

En el caso de que el inquilino se niegue a cooperar, el casero deberá interponer una demanda judicial para reclamar los desperfectos ocasionados en la vivienda y los daños y perjuicios sufridos. Para ello deberá contar con los servicios de un abogado y de un procurador.

Es importante que el propietario acuda a la firma de finalización del contrato de alquiler y la entrega de llaves con un agente inmobiliario o, en su defecto, con una o dos personas de confianza que hagan de testigos y corroboren los daños causados en el inmueble.
 

También es recomendable ir acompañados por un perito que evalúe el estado de los desperfectos e, incluso, por un notario para que haga un acta notarial en la que conste el estado de todos los elementos del inmueble, y que luego el abogado presentará en los tribunales como prueba de los hechos.

Hacer fotos de todo el inmueble será otro de los pasos indispensables para dejar constancia de los daños; especialmente si previamente ya existe un inventario fotográfico y por escrito, que permita comparar el estado del piso antes y después de ser alquilado.

 

 

Fuente: Fotocasa, Actualidad, inspiración y cultura inmobiliaria

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