En qué fijarse antes de comprar un piso antiguo

Hasta junio de 2022, en España el número de compraventas de viviendas ha sido de 330.997. Algunas de ellas, con seguridad, superarán los 30, 40 o 50 años de antigüedad. ¿Conviene comprar una casa de 50 años? Depende de las condiciones en que se encuentre, y del capital que tengas para reformar lo que sea necesario cambiar.

Para evitar sorpresas técnicas, el tiempo y la experiencia son claves. Julio Iscar de Hoyos, arquitecto fundador de Uriel y del Valle Interiorismo, recomienda visitar siempre la vivienda en la que estemos interesados con luz natural y sin prisas para mirarlo todo de arriba a abajo. 

«Ver los posibles daños es muchas veces una cuestión de experiencia. Yo mismo, cuando voy a una casa, aprecio cosas que hace 25 años no veía. Ir acompañado de un experto es la mejor opción, pero si no es posible, hay que tomarse tiempo. Mirar la casa como si fuera nuestra y no hacerlo en 10 minutos». ¿En qué fijarse al comprar una casa vieja? 

Abre puertas y ventanas

El arquitecto aporta algunas claves en las que reparar a la hora de visitar una vivienda. «Muchas casas de más de 50 años tienen ventanas de madera. Si las abrimos y vemos que los marcos han cedido, es que algo le ha pasado al edificio», afirma.

Si no son de este material, se puede observar lo mismo en las puertas: «Si no cierran bien o han perdido sus ángulos rectos, es señal de que el edificio tiene movimientos», añade. Conviene recordar que la madera es, precisamente, uno de los materiales de construcción más recurrentes en casas de esta antigüedad.

Atención a los alicatados y humedades

«Si golpeamos el alicatado de baños y cocina y suena hueco, puede ser por tres razones: que la pasta de agarre haya perdido su eficacia; que existan filtraciones de agua y los productos hayan perdido esa eficacia; o que estos sean de mala calidad», continúa Iscar.

Otro punto que tendremos que tener en cuenta, según el experto, son las manchas de humedad, ya que pueden haber sido originadas por filtraciones de agua que hayan afectado a las estructuras del edificio.

Mirar hacia abajo: la importancia de los suelos

Tuberías y cableado antiguo, paredes con humedades… y suelos en malas condiciones. Encontrar esto es algo que pasa cuando un edificio es viejo. El suelo es uno de los elementos que no resiste bien el paso del tiempo, y no solo por las modas (los suelos de terrazo o imitando mármol tuvieron su momento, pero ahora no se llevan).

 

Los suelos de madera suelen estar muy estropeados a partir de cinco o seis años de uso y hay que repararlos, lijarlos o cambiarlos casi siempre. Hay que tener en cuenta el coste de esta operación antes de comprar la casa.

Las termitas y otros vicios ocultos

Con la madera hay que tener un cuidado especial, ya que muchos edificios pueden tener un problema de termitas. «En Madrid, por ejemplo, hay puntos catalogados de termiteros. He llegado a ver cómo un pilar de madera de 20×20 había sido reducido a 5×5», advierte. Se trata de un problema muy complicado de apreciar, ya que estos insectos buscan la oscuridad de las estructuras de los edificios o la parte interna de los marcos de las puertas.

«Una plaga de termitas formaría parte de lo que se denominan vicios ocultos. Es decir, problemas de las construcciones o los inmuebles que no somos capaces de ver con un reconocimiento visual, pero luego están ahí», explica Lola Ripollés, profesora de EAE Business School. Estos problemas derivan en desembolsos a los que el nuevo comprador deberá hacer frente, salvo que pueda demostrar que el inmueble ha sido vendido de mala fe. 

Resulta casi imposible probar que el vendedor conocía con anterioridad el estado de la casa y que, en todo caso, conllevaría un largo periplo judicial donde lo más fácil es que el juez considere que el comprador es el responsable, al no haberse informado de modo correcto.

Déjate asesorar

Ripollés también es partidaria de visitar la vivienda con un profesional. «Este tipo de compra suele ser la inversión más importante que hace una persona para los próximos 30 años de su vida. Considero que compensa gastarse 1.500 o 2.000 euros en un técnico que vaya a tu casa cuando estás pagando por ella 200.000 euros. Pero la mayoría de la gente no lo hace y luego llegan los lamentos», señala.

¿Reforma o lavado de cara?

Una característica de los inmuebles de más de 50 años es, con frecuencia, su mal estado de conservación. Por ello, las compras suelen venir acompañadas por reformas integrales. «Muchas veces puede parecernos que está reformado, pero simplemente se le ha hecho un lavado de cara para poderlo vender a un mejor precio; hay que ser precavidos y no dejarse atraer por las apariencias», afirma Iscar de Hoyos.

Para reformar: agua, electricidad, caldera y carpintería

Un presupuesto de reforma puede ser tan alto como uno pueda permitirse, en la medida en que se escoge la calidad de los materiales y su diseño; pero también conlleva un mínimo de costes con aspectos que no deben obviarse bajo ningún concepto. 

  • Aquí hay dos reformas imprescindibles: la fontanería y la electricidad. «Lo peor que podemos hacer es llevar a cabo una reforma sin haber dado esos dos primeros pasos. Conozco un caso en el que, por no cambiar la fontanería, la casa sufrió 12 fugas en 10 años», avisa el arquitecto y experto en rehabilitación de viviendas.
  • Tras estos dos vendrían, por orden de importancia, la carpintería exterior y el sistema de caldera, importante para la seguridad… y para la economía. «Una casa eficiente puede ahorrarnos mucho dinero. Para la carpintería exterior, ventanas de doble cara y con puente térmico; y con la calefacción, cuanto más independiente sea, mejor. Las comunidades con caldera central son muy poco eficientes», asegura.

Si reformas, hazlo con un profesional

Dependiendo del presupuesto disponible, podemos completar la reforma con el resto de cambios que uno pueda permitirse: demolición de tabiques, carpintería interior, baños y cocina, suelos… «Lo importante es que confiemos en profesionales contrastados, porque si nos gastamos el dinero en materiales de calidad pero luego se colocan mal, el desembolso no servirá para nada. Tanto con los albañiles como con los materiales, lo barato puede salirnos muy caro», finaliza el arquitecto.

 

Fuente: Erosky consumer