En 2003, en pleno frenesí del boom inmobiliario, una casa tardaba una media de sólo 14 días en venderse. Sin embargo, la explosión de la burbuja en 2008 ha multiplicado hasta por 33 el tiempo que tarda un vendedor en colocar su inmueble hasta superar ampliamente el año.

Por eso, si estas pensado en vender una propiedad, es mejor que antes identifiques quién es el comprador potencial al que debes dirigirte y la estrategia que tienes que adoptar para llegar a él. De lo contrario, podría convertirse en el cuento de nunca acabar.

A pesar de que 2014 ha sido etiquetado ya por muchos como el año del alquiler, muchos particulares, además de pequeños y grandes inversores, saben que próximos serán también muy propicios para la compra ya que las previsiones apuntan a nuevas bajadas de precios –aunque más moderadas– que proporcionaran también atractivas oportunidades para adquirir una vivienda.

La 'necesidad de vivienda' no es hoy en día el principal motor del mercado inmobiliario español, que se ha entregado en brazos de los fondos que buscan invertir en inmuebles para alquilar. Se trata de un comprador solvente que busca gangas que hagan rentable su negocio.
Además, según ha opinado Gonzalo Bernardos, director del máster inmobiliario de la Universidad de Barcelona (UB) en el mundo.es, quienes compren vivienda en 2014 lo harán sin necesidad de solicitar un crédito hipotecario.

En concreto, el consultor José Luis Ruiz Bartolomé señala tres grupos principales de compradores particulares, que van de ahorradores que no necesitan mucha financiación a parejas jóvenes que cuentan con ayuda familiar, pasando por trabajadores de empresas solventes con antigüedad.

Sea cual sea el target al que quieras dirigirte, la receta del éxito es la misma: Poner un precio atractivo y claramente por debajo de la media de la zona; ser flexibles a la hora de negociar; tener un anuncio ricos en fotos, videos y descripción; y pedir ayuda a una agencia inmobiliaria.