Madrid podrá estar tocando el cielo, pero Barcelona tiene una ventana a la inmensidad del mar. Imagine que al espabilarse cada mañana, mientras bosteza y se retira las legañas, lo primero que vean sus ojos sea el azul del Mediterráneo bañando el horizonte de su ciudad. Ese regalo de la naturaleza puede ser una realidad si escoge su residencia en Barcelona, pero no es gratuito. Precisamente, poder ver el mar es una de las razones clave que encarece hasta un 50% el valor de la propiedad que disponga de ese lujo.
Según datos registrados por la inmobiliaria de alto standing Barnes International, sus compradores buscan casas que cumplan con las expectativas de vivir en una ciudad, no solo cosmopolita e innovadora, también de sol y mar, requisitos indispensables a la hora de tasar una vivienda de lujo. En este sentido, en Barcelona hay 600 propiedades con un valor superior de 2 millones de euros, más de la mitad (301) se encuentran en una de las zonas nobles de la ciudad, el distrito de Sarrià- Sant Gervasi. Además, es una de las zonas altas, no solo en sentido figurado. Según se aleja uno del centro, la ciudad se va empinando hasta llegar al Tibidabo. Desde ahí, se ofrece una de las panorámicas más envidiables de Barcelona.
Detrás de Sarrià-Sant Gervasi, le sigue otro de los distritos insigne de la capital, el Eixample, con 103 viviendas valoradas por encima de los 2 millones. Después, el barrio del Camp Nou, Les Corts, con 102 inmuebles; el núcleo histórico de la ciudad, Ciutat Vella, dispone de 42 pisos; la zona más próxima al mar, Sant Martí, con 27; el barrio mimado de la ciudad, Gracia, con 14; Sants Montjüic con 9 y, por último, Horta Guinardó, otra de las colinas de la ciudad, con 2. Del resto de barrios, Nou Barris y Sant Andreu, la inmobiliaria no dispone datos con ese valor.
Además de unas privilegiadas vistas, los que buscan residir en Barcelona también consideran en la elección el tamaño, una buena ubicación, el estado del inmueble y qué distribución lo organiza.
Artículo publicado en: Idealista.com