Hoy en día, 12 millones de españoles sufren alguna enfermedad alérgica y el 20 % de la población tiene alergia al polen, la más común, según datos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC). A un par de semanas del inicio de la primavera, el uso de la mascarilla puede tener ciertos beneficios en quienes padecen este tipo de alergia. Y es que puede ayudar a reducir de manera significativa los molestos síntomas de la alergia al polen, además de proteger contra la covid-19 y otras enfermedades infecciosas. Pero no todas las mascarillas tienen el mismo efecto en esta época del año, como contamos a continuación.

El doctor David Baquero, médico alergólogo y portavoz de la SEAIC, indica que las mascarillas evitan el contacto directo del polen con la mucosa nasal, y que esto disminuye la sintomatología que causa la alergia, como la secreción nasal acuosa, los estornudos y el picor de nariz y garganta. Sin embargo, no todas las mascarillas logran reducir los síntomas de la alergia al polen.

Mascarillas recomendadas para reducir los síntomas de la alergia al polen

“Las mascarillas quirúrgicas no protegen a los usuarios, debido a que no proporcionan un sellado adecuado”, explica Baquero. “Las mascarillas autofiltrantes tipo FFP2 y FFP3 protegen, tanto de la exposición al polen como a los virus, porque atrapan las partículas de tamaño mayor”, asegura. Este tipo de mascarillas puede reducir hasta un 80 % las partículas de polen y polvo, por lo que se produce una reducción “importante” de los síntomas. De hecho, este alergólogo reconoce que, con la utilización masiva de la mascarilla, se ha producido un descenso en el uso de la medicación de rescate contra la alergia y que ha habido una menor asistencia a servicios de urgencias.

La utilización de las mascarillas autofiltrantes para combatir la alergia a los pólenes se viene empleando desde hace más de 30 años, según el especialista. “Los médicos alergólogos siempre hemos recomendado el uso de las mascarillas autofiltrantes en la temporada de mayor polinización (primavera), junto con otros tratamientos”, asegura Baquero.

“Sin embargo, antes de la pandemia había un rechazo al uso de la mascarilla para combatir la alergia por temor a que el resto de la gente pensara que podría tratarse de una persona infectada”, dice. Pero ahora, esta forma de luchar contra la alergia ha vuelto, ya que el empleo de la mascarilla se ha globalizado debido a la covid-19.

Alergia al polen: las gafas también ayudan

Otro aspecto que se debe tomar en cuenta, señala el médico alergólogo, es que los pólenes también se depositan en la mucosa ocular, lo que puede inflamar la zona de los ojos, aunque se esté usando mascarilla, por lo que, además de la mascarilla autofiltrante, Baquero recomienda utilizar gafas de sol que cierren lo mejor posible el contorno de la cuenca ocular.

Para mantenerse informado sobre los niveles de polinización en el ambiente, el Comité de Aerobiología de la SEAIC ofrece información actualizada de los niveles de polen en las distintas regiones de España. El mapa y la información se pueden consultar aquí.

 

Fuente: Carla Merino, Erosky Consumer

 

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