A los nacidos el 29 de febrero se les conoce como los “eternamente jóvenes”: soplar las velas cada cuatro años es la excusa perfecta para fingir tener menos edad. Pero ¿qué supone, en la práctica, nacer en esta fecha? ¿Hay alguna particularidad al inscribir al bebé en el Registro Civil? Vivir un año de 366 días también plantea algunas dudas en el ámbito laboral, como si afecta a la nómina de este mes o a las indemnizaciones por despido. En el siguiente artículo respondemos a estas y otras curiosidades sobre los años bisiestos.

Nacer un 29 de febrero

La probabilidad de que un bebé venga al mundo un 29 de febrero es de una entre 1.461, una verdadera carambola del destino. En España, algo más de 30.000 personas nacieron este día; en el mundo la cifra asciende a poco más de cinco millones de individuos.

En la práctica, no hay diferencia alguna, en lo que a trámites administrativos se refiere, entre un niño nacido un 29 de febrero y otro que lo haya hecho cualquier otro día del año: la inscripción registral se realiza siguiendo el mismo procedimiento. La única singularidad es que el cumpleaños oficial del nacido ese día será cada cuatro años; si esa persona quiere soplar las velas a los 365 días, no tendrá más remedio que trasladar la fecha a alguno de los dos días más cercanos, ya sea el 28 de febrero o el 1 de marzo.

Este febrero, ¿cobraré un poco más?

Lo más probable es que no haya ninguna diferencia en la nómina de este febrero, aunque tenga un día de más, ya que para el cálculo influye el tipo de convenio colectivo que tengas (si es propio de la empresa o el general del Estatuto de los Trabajadores) y el sistema retributivo que se aplique (diario, semanal o mensual).

Así, si tienes un convenio que fija las horas anualmente, dará igual el sistema de retribución: al alcanzar el número de horas anuales, las que excedan se computarán como extras, pagándose o cambiándose por días libres. Si el convenio fija el tiempo trabajado en horas semanales y se cobra mensualmente, será indiferente la duración del mes (31, 30 o 29 días). La única manera de cobrar el 29 de febrero es que en el contrato se establezca el pago por jornadas; en este caso sí que se recibirá más sueldo que un febrero normal de 28 días.

Además, hay supuestos en los que sumar una jornada a febrero sí influye. Es así en el cálculo de la indemnización por despido, que puede variar dependiendo de cómo se contabilice la base del cálculo, si es sobre un sueldo de 365 o 366 días; o las prestaciones por incapacidad temporal, que se calculan sobre el periodo anterior a la baja laboral.

Quién inventó el año bisiesto y por qué

La explicación de la aparición en el calendario del 29 de febrero cada cuatro años hay que buscarla en el movimiento de la Tierra alrededor del Sol. Nuestro planeta rota 365,24219 veces durante una órbita completa; es decir, lo que dura un año: 365 días, 5 horas, 48 minutos y 56 segundos, no 365 días.

Si no compensáramos esas casi seis horas de más, las estaciones se irían desplazando. Así, al cabo de unos 700 años, todos los acontecimientos temporales como ahora los conocemos quedarían colocados a la inversa. Por ejemplo, en España celebraríamos la Navidad en pleno verano, y el mes de junio comenzaría el invierno, tal y como en la actualidad sucede en el hemisferio sur.

Julio César, allá por el año 44 antes de Cristo, intentó solventar este desbarajuste y, asesorado por el astrónomo Alejandro Sosigenes, creó un calendario que añadía un día a febrero cada cuatro años. Bautizado como “juiano”, este calendario se mantuvo hasta 1582, momento en que el Papa Gregorio XIII ajustó un poco más el desfase estableciendo una excepción: no serían años bisiestos los que fuesen múltiplos de 100, salvo si eran también divisibles por 400. Así, el año 1900 no fue bisiesto, pero sí lo fue el 2000. Igualmente, los años 2100 y 2200 no serán bisiestos.

Año bisiesto, ¿es bueno o malo?

Los años bisiestos no tienen buena fama en nuestro refranero y, si atendemos a los sucesos ocurridos en algunos de ellos, puede que encontremos más que justificada esta manía popular. Este tipo de año está marcado en rojo en muchos calendarios por nefastos acontecimientos como el hundimiento del Titanic (1912), el inicio de la guerra civil española (1936) o los asesinatos de Gandhi (1948), Martin Luther King (1968) o John Lennon (1980).

Sin embargo, los 29 de febrero son importantes para los que celebran la fecha de su nacimiento. El Papa Pablo III (1468), el actual presidente del Gobierno Pedro Sánchez (1972), el cantante estadounidense Mark Foster (1984) y la modelo alemana Lena Gercke (1988) son algunos personajes famosos que vinieron al mundo este día tan especial.

Otras curiosidades en torno a los años bisiestos

En inglés los años bisiestos son los leap year y a los nacidos el 29 de febrero se les bautiza como leapers. En China las personas que vienen al mundo este día se consideran más espirituales. En Grecia se evitan las bodas el día 29 de febrero, una costumbre heredada de los tiempos de la Antigua Roma. Y en el Reino Unido, durante mucho tiempo, esta fecha era la única del calendario en las que las mujeres podían pedir matrimonio a los hombres. En España, un 29 de febrero nacieron hace casi ocho años los únicos trillizos bisiestos del mundo. Además, el pueblo estadounidense de Anthony (Texas) se conoce como la Capital Mundial del Año Bisiesto: cada cuatro años celebran un gran festival en honor al 29 de febrero y a los nacidos este día.

 

Artículo publicado por: Triana García

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