Todos sabemos de las bondades y las dificultades que vive un ‘teen’ y una de ellas es el orden en su habitación o más bien, la falta de orden. No decimos que todos los adolescentes sean iguales, pero se puede afirmar, sin equivocarnos mucho, que se repiten algunas conductas. Como ropa acumulada (limpia y sucia) por doquier, envases de plástico al más puro estilo Diógenes, pelusas que hacen palidecer las que salían en los westerns clásicos, mesas de escritorio escondidas tras pilas de libros, papeles y cuadernos, armarios que no saben de la existencia de Marie Kondo… ¿te suena todo esto?

Bien, pues sin que desesperemos, hoy te vamos a ayudar a que ese espacio que es la habitación de tu hijo adolescente gane en orden (y tú ganes en salud ya que no te enervarás tanto).

Pía Nieto, autora del “Manual para organizar tu casa”, propone dividir las tareas entre las que podemos asumir nosotros y las que deben asumir ellos. Entre las que deben ser responsabilidad suya están, sí o sí:

  • Hacer la cama todos los días (y hacer la cama no significa estirar la funda nórdica para tapar el desorden en la parte de abajo).
  • No dejar nada en el suelo.
  • Que donen lo que ya no usen o no quieran porque se hayan aburrido.
  • Tener medianamente organizada su mesa de estudio: una mesa de trabajo bien distribuida representa una mente con tareas bien distribuidas también.

Y, nosotros, ¿qué podemos asumir? “En lo único que podríamos tener corresponsabilidad es en que no dejen nada en el suelo porque a veces es verdad que las estanterías son estrechas o que no hay ganchos suficientes en la puerta”. Así, los consejos de la experta son los siguientes:

- Procura que la cama tenga ruedas, así pueden moverla para hacerla y no podrán como excusa que es que es muy laborioso.

- Diseña el armario de tal forma que tenga todo a la vista.

- “El sistema de colgar en perchas no les va (por razones que escapan a nuestro entendimiento). Ante esta realidad, quita barras y pon estantes”. El sistema que funciona es el de doblar las prendas, todo doblado y apilado. “Llévatelos un día a su tienda preferida y pídele a un dependiente que les enseña a doblar las prendas básicas”.

- Para la parte de zapatos y deportiva, procura que su acceso sea fácil y sin dar pie a crear cuevas profundas. Así, en el armario, intenta que los zapatos vayan a los cajones de la parte baja.

- Analiza los hábitos de tu hijo/a y pon ganchos por todas las paredes. “Por ejemplo, para evitar encontrarle la mochila en el suelo, pon un buen gancho de bici en la propia mesa de estudio”.

- Sobre el mundo de la ropa sucia, ”Dependerá del sistema de cestos de ropa de la casa. Pero si le colocas una cesta de basket o similar verás cómo se trabaja el ángulo de tiro hasta encestar”.

- No les cedas ni los altillos del armario ni los cajones de la cama nido: porque si lo haces no serán sino otro 'totum revolutum' de cosas. Quédatelos tú y así acotas su espacio (y la cantidad de cosas que puede tener).

- Predicar con el ejemplo, es decir, que vea un buen ejemplo con tu habitación.

- Paciencia y perseverancia: insiste en que tengan pocas cosas y en que no dejen nada en el suelo.

 

Artículo publicado por Lucía Martín

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