Cohousing senior o cómo vivir en una casa sin comprarla ni alquilarla una vez jubilado

La soledad es el miedo atroz a no tener a nadie en quien apoyarnos. En España la población con más de 50 años asciende a prácticamente 19 millones de personas, casi un 41% del total. Y en un país con una mayor esperanza de vida, los mayores comienzan a buscar alojamientos para vivir apropiados y autónomos con instalaciones comunes y que permitan compartir actividades diarias.  

La parte positiva es que cada vez hay más diseños de modelos habitacionales que dan respuesta a las necesidades de las personas mayores. En nuestro país ya hay varios proyectos de cohousing senior, esto es, soluciones habitacionales que no pasan por la compra ni por el alquiler, sino por el derecho de uso y que nada tienen que ver con las residencias de la tercera edad. 

En concreto, hay 10 cooperativas de derecho de uso para mayores donde ya hay gente viviendo, pero en total hay unos 35 proyectos de vivienda colaborativa para mayores en diferentes fases: proyectos parados, en formación, grupo formado, con terrenos ya, en construcción o conviviendo, según datos de MOVICOMA. Son especialmente conocidos los proyectos de Trabensol en Madrid (que fue el primer senior cohousing en nuestro país), La Muralleta en Tarragona y Profuturo en Valladolid.

¿Y en qué se caracterizan estas cooperativas? Son comunidades de viviendas independientes en las que viven personas mayores y donde priman los zonas y servicios comunes. Entre estos servicios el más importante es el de enfermería 24 horas. Y es en este punto donde hay una gran diferencia con una residencia de la tercera edad, tal y como subraya Ignacio González Rivera, socio de Life Abogados.

En definitiva, se trata de un modelo habitacional que permite al usuario adquirir una vivienda de unos 60 m2, equipadas, con baño, cocina, un par de habitaciones en una urbanización con servicios comunes: limpieza, una cocina común- además de la de cada casa-, zonas de ocio, como sala de cine, portero y servicio de enfermería 24 horas.

Cuánto cuesta vivir en una vivienda colaborativa

  • Construcción de las viviendas

Todo depende del tipo de viviendas proyectadas (tamaño, viviendas unifamiliares, multifamiliares, etc.), del número de cooperativistas (a mayor número, mejores economías de escala), de los servicios que desean los propios vecinos de la Cooperativa, y de si la Cooperativa tiene que comprar el suelo, o por el contrario edifica las viviendas sobre un suelo cedido temporalmente por un Ayuntamiento (por ejemplo, un 75 años).

Si partimos de un proyecto tipo de 50 viviendas de 60 m2 cada una, y un presupuesto total de construcción y urbanización de 3,6 M €, realizado sobre un suelo cedido por el Ayuntamiento, el coste para cada cooperativista para adquirir el Derecho de Uso en Exclusiva -sobre cada una de las viviendas- ascendería a una cantidad de 72.000 €.

La diferencia la va a marcar el suelo, tal y como indica González Rivera: porque si la Cooperativa tiene que comprar el suelo, el proyecto se va a encarecer y pasar de 72.000 € a una cifra probablemente superior a los 120.000 €, dependiendo de la ubicación física del proyecto.

  • Servicios

Los servicios de los que gozarán los cooperativistas serán los que elijan ellos mismos. Partiendo de unos servicios básicos que incluyan limpieza, lavandería, recepción, monitor/es para actividades sociales, deportivas, de ocio y culturales, y asistencia básica 24 h los 7 días a la semana que permita integrar actividades preventivas de salud y garantizar la posibilidad de gestionar una primera asistencia personal en cualquier caso de urgencia, la cuota mensual a pagar por cada vecino puede ascender a una cifra de 400 euros - 500 euros, aproximadamente.

  • El coste mensual

Partiendo de los datos anteriores, cualquier persona que quiera integrar una coopeativa-cohousing podría hacerse los siguientes números:

tabla gastos cohousing

Estamos hablando de una cifra importante (887 euros al mes) tal y como indica González Rivera, pero muy por debajo del coste de cualquier otra alternativa residencial y, desde luego, asumible para muchas personas que cobren una pensión o seguro privado.

Además, el despacho de abogados Life Abogados está estudiando la posibilidad de que el usuario ceda el derecho de uso de su vivienda actual a cambio de no pagar ningún canon mensual. “Es decir, tú cedes tu vivienda, la gestora de la cooperativa te la alquila, y con el precio del alquiler pagan la cuota en la cooperativa de Cohouing”, señala Ignacio González.  

Por qué son más asequibles

La clave para que este modelo funcione es negociar con la administración pública para que cedan los terrenos desde los ayuntamientos a las cooperativas. Esta cesión se puede hacer en régimen de arrendamiento. Hay varios proyectos de Cohousing Salud (centros especialmente ordenados para facilitar la convivencia de personas con necesidades especiales) que se han ejecutado sobre suelo dotacional público (la propiedad la mantiene el Ayuntamiento, que cede el derecho de superficie) o suelo cedido por el Ayuntamiento sin ninguna limitación.

Sin embargo, la mayoría de los senior cohousing se han desarrollado sobre suelo privado. Desde Lide Abogados aseguran que se debe a que en muchos casos por desconocimiento de la propia cooperativa de la posibilidad de colaborar con los ayuntamientos.   

¿Por qué derecho de uso y no compra?

González asegura que para evitar la especulación inmobiliaria la mejor alternativa es el derecho de uso, “porque lo adquiere la persona que realmente necesita vivir en este tipo de vivienda y se evitan las listas de espera.

El derecho de uso es vitalicio. Si fallece el cooperativista, lo heredan los sucesores. Pero la cooperativa tiene derecho de tanteo sobre la compra.

En caso de que el usuario quiera vender el derecho de uso, la cooperativa que es soberana tasa el precio y se valora el coste de adquisición más los intereses legales.

Con esta modalidad, la persona es usuaria de la vivienda, con lo que el contrato que tiene es de cesión o derecho de uso y está regulado por el Código Civil. La gran ventaja frente a la compra también es evitar estar hipotecado o tener más de una casa, ya que las personas mayores suelen contar con una vivienda en propiedad.

Las demandas más comunes en las viviendas colaborativas

Los servicios que más piden las personas de más de 50 años que viven en este tipo de modelos habitacionales son los siguientes:

  • Un servicio de enfermería 24 horas.
  • Una sala de lavandería y planchado común.
  • Limpieza básica como si se trata de un hotel.
  • Una recepción con servicio de seguridad.
  • Un coordinador de actividades físicas.
  • Un monitor de tiempo libre
  • Un comedor común con unas buenas cocinas, al estilo de un txoko.

 

Artículo publicado en: Idealista.com