Instalar paneles solares en lo alto de una casa y obtener el ansiado autoconsumo, independiente de la red eléctrica, es cada vez menos un sueño y más una realidad al alcance de muchos. La clave está en el almacenamiento. Las placas solo recogen energía mientras brille el Sol en lo alto, así que en los momentos más oscuros, cuando cae la noche, no siguen proveyendo la electricidad que tus bombillas, electrodomésticos y cacharretes necesitan.
Lo frustrante es que durante el día soleado, cuando pueden recabar bastante más de lo que tu vivienda requiere, buena parte del tesoro energético (alrededor de un 60 %) se desperdicia o va a parar a la red, privándote del anhelado ahorro en la factura. Al menos, hasta que instalas una batería capaz de almacenar esa energía sobrante y liberarla en el momento preciso.
Por eso se oye tanto hablar del Powerwall de Tesla, que en su actual versión (la 2) puede almacenar hasta 14 kWh de electricidad, más de la mitad de lo que consume al día un piso español normalito (unos 20 kWh al día, si dividimos los 7.544 kWh anuales de media). En algunos casos, suficiente para garantizar el autoconsumo; en todos, un ahorro considerable y un estupendo plan B por si se va la luz.
El Powerwall 2 puede almacenar el equivalente de electricidad a la mitad del consumo de un hogar español
Tesla no es la única empresa que comercializa este tipo de baterías. Hay muchas otras, algunas vinculadas con el hogar (como Ikea) y otras con la automoción (pues son idóneas para cargar coches eléctricos), que compiten por el mismo mercado aún incipiente.
Pero al margen de todas estas compañías, como siempre que surge un nuevo invento —y más en el autoconsumo, que por algo lleva el prefijo “auto”—, hay un nutrido grupo de entusiastas que llevan años perfeccionando el arte de montar sus propios sistemas caseros de almacenamiento energético. La teoría es prácticamente la misma que sigue la firma de Elon Musk; la práctica demanda grandes dosis de paciencia y dedicación, pues fabricar el tuyo propio resulta mucho más complejo que encargar un Powerwall.
Por desaconsejable que parezca, la mayoría de estos amantes del ‘do it yourself’ (hazlo tú mismo) carecían de conocimientos previos cuando se pusieron manos a la obra. No es cosa de un puñado de ingenieros eléctricos con ganas de tocarle las narices a las multinacionales, sino fruto de la pasión de una serie de aficionados de los cinco continentes que empezaron a reunirse en foros, grupos de Facebook y en torno a sus canales de YouTube para compartir hallazgos, experiencias, consejos y trucos.
El largo proceso para fabricar un Powerwall casero empieza por hacer acopio de baterías 18650. Seguramente no te suenan, pero ten la certeza de que las has utilizado en más de una ocasión. Tras esa sucesión de cifras (que hace alusión a las dimensiones de la pila: 18 milímetros de diámetro y 65 de alto) se esconde uno de los tipos más comunes de batería de litio, presente en los ordenadores portátiles, los cargadores externos o ‘powerbanks’, algunos drones, las linternas de alto rendimiento y hasta los cigarrillos electrónicos.
Baterías 18650 agrupadas en un Powerwall casero
Además, como ya habrás imaginado, son las que usa Tesla en sus coches eléctricos y para almacenar energía en sus Powerwall. La japonesa Panasonic es la socia de la firma de Elon Musk para estos menesteres, aunque LG, Sony, Samsung y otras muchas marcas de sobra conocidas también las producen.
Por sí sola, una de estas coloridas pilas (suelen estar recubiertas de un plástico protector, y entre todos los fabricantes tienen copado el arcoiris para distinguirlas) no es gran cosa, pero juntar el suficiente número de ellas desata un potencial enorme. Lo difícil es conseguirlas. Sin pasar por caja, claro. Si los amantes del DIY tuvieran que comprar la enorme cantidad que necesitan (y hacerlo cada cierto tiempo, pues se deterioran), les saldrían mucho más a cuenta recurrir a los productos de Tesla. Es por eso que recurren al reciclaje.
Pero no es tan fácil como parece. A menudo tienen que invertir gran cantidad de horas o desplazarse a cientos de kilómetros para hacerse con baterías de segunda mano de las que extraer baterías 18650 que aún se puedan utilizar. No todas las que provienen de un portátil viejo, por ejemplo, están en buen estado o todavía tienen vida útil.
Un Powerwall casero, fabricado con baterías 18650
Cuando ya tienen suficientes pilas (y las han probado una por una), llega la hora de juntarlas. A través de internet se pueden conseguir estructuras donde colocar cientos de ellas, pero los verdaderos artesanos prefieren construir las suyas propias, teniendo siempre en cuenta lo fundamental: que se tienen que poder reemplazar individualmente. Sería un auténtico engorro tener que desarmar todo el invento si una sola diera problemas.
Una vez en el ‘pack’, las baterías se sueldan a tiras de metal que se encargan de conducir la electricidad. Y ya solo falta un inversor de voltaje para que la corriente que llega de los paneles solares se pueda almacenar y utilizar en casa. Todo esto, normalmente, se suele situar fuera de la propia vivienda por razones de seguridad.
Cada vez son más las medidas de seguridad que incorporan los Powerwall caseros
Precisamente esa cuestión, la del peligro, es la lacra que llevan a cuestas los aficionados a montar sus propios sistemas de almacenamiento de energía. Obviamente, manipular baterías de alta potencia implica un riesgo elevado (sobre todo de incendio), si bien es cierto que los miembros de esta peculiar comunidad han ido refinando sus técnicas con el paso del tiempo y ya incorporan numerosas medidas de seguridad en sus caseras creaciones.
Es algo imprescindible, sobre todo si aún pretenden ir más lejos de lo que han llegado, que no es poco. Buena parte de las baterías que fabrican, sobre todo los más veteranos, tienen mucha más capacidad que las de Tesla (entre 28 y 100 kWh, aunque uno de los ‘youtubers’ más célebres, Jehu Garcia, pretende construir un sistema capaz de almacenar 1.000 kWh).
Con ellas pueden de sobra aprovechar toda la energía que recogen sus paneles solares y garantizar la casi total independencia de sus casas respecto a la red eléctrica. Algo que podrían hacer en menos tiempo usando Powerwalls, sin duda, pero no sería lo mismo: lo hacen por la satisfacción de construirlo ellos mismos y por esa maravillosa sensación de pertenencia a una comunidad de apasionados. Eso, a diferencia de la factura de la luz, no tiene precio.
Artículo publicado en Idealista.com