Se llama Casa prenupcial y es obra de Omar Kbiri, que encargó su diseño a la firma Studio OBA, localizada en Ámsterdan. En aquella ciudad hay gente que vive en casas flotantes situadas a lo largo de los canales.

Precisamente la posibilidad de que fuera una casa flotante facilitó al estudio la tarea de diseñar la idea expuesta por Omar, quien deseaba una casa que pudiera separarse en dos mitades para facilitar el siempre complejo y conflictivo proceso de ruptura o divorcio.

Construida con fibra y madera, la casa flotante se mantiene unida mediante un mecanismo. De modo que cuando toca partir peras no hay más que soltar unos pernos y llevarse la mitad de la casa rio abajo — o arrastrarla por el canal, más bien.

Con algo de suerte tal vez aparezca flotando otra media casa que encaje a la cual acoplarse cual pieza de Tetris. Al menos por un tiempo.

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