¿Te ha pillado el calor en la ciudad sin posibilidad de brisa marina o airecillo campestre? ¡No desesperes! Aquí tienes una serie de trucos que te ayudarán a dormir fresquito sin aire acondicionado. ¿Qué más quieres? ... ¡Ah! la playa o la montaña ... Ya llegará ... de momento, disfruta de la ciudad sin calor.

1 Cena poco
No cenes demasiado. Un gazpacho, una ensalada o un yogur son perfectos para una noche de verano, si comes un estofado, sopa o pollo al horno obligarás a tu cuerpo produzca más calor para digerirlo.
Imprescindible: beber mucha agua. ¿Por qué? porque el cuerpo la utiliza para evacuar calor.

2 Prepárate para irte a dormir
Una buena ducha de agua templada ayudará a que reduzcas tu temperatura corporal antes de irte a la cama. Te hará sentirte fresc@ y limpi@. Eso sí, el agua debe ser templada porque son muchos los que dicen que si el agua es fría nos hará sentir más rápido el calor tras la ducha. Mantener los pies siempre frescos es otro buen truco para mantenerse fresc@ porque el calor entra por las extremidades. Lávalos antes de irte a dormir y mantenlos fuera de la cama.
También puedes tirar de bolsa para refrescarte. ¿Cómo? Llena una bolsa de goma de las de agua caliente con agua fría o con hielo triturado. La puedes pasar por la superficie de la cama antes de acostarte o también dejártela pegada al cuerpo mientras coges el sueño.

¿Tienes un pijama ligero y fresquito? Es esencial para dormir bien en verano, que la ropa de noche no moleste. Cuando te hayas vestido para la noche aplícate compresas mojadas de agua tibia en las zonas más sensibles al calor: cuello, codos, tobillos y detrás de las rodillas. El contacto con el agua fría desencadenará un estímulo térmico, la vasoconstricción, que provoca calor en la piel. Pero el calor provoca frío por la diferencia con la temperatura ambiente.

Lo mejor es que duermas sol@. Dormir con otra persona incrementa el calor corporal y hace que la ropa de cama moleste más ... Tú mism@.

También es mejor dormir a ras de suelo porque el calor tiende a desplazarse hacia arriba. Si tienes espacio y ganas podrías colocar tu colchón en el suelo y, para alcanzar la perfección, poner un tapete de bambú o estera gruesa entre suelo y colchón.

3 Ventila con sentido
Coloca un ventilador dirigido hacia tu ventana para impedir que entre el calor en tu dormitorio.

Y, si tienes otro, colócalo dirigido hacia el interior con un bol lleno de hielo delante de las aspas para que el aire que te llegue sea más fresco. Cuando se deshagan los cubito ya habrá pasado bastante tiempo y seguro que ya has caído en brazos de Morfeo. Si tu ventilador tiene temporizador y se para una o dos horas más tarde, la jugada energética será perfecta.

Una versión aún más casera de este mismo método es poner un toallón o una cortina gruesa húmedos o llenos de cubitos de hielo, sujetos entre dos sillas, de modo que esa barrera sea la que se encuentre el aire de tu ventilador cuando llegue hasta ti.

Debes aprender también a colocar bien los ventiladores para tener tu dormitorio fresquito. Como el aire caliente pesa menos, sube siempre hacia el techo de tu habitación, por eso es importante que coloques el ventilador en el suelo o en un mueble bajo pero orientado hacia arriba, de forma que el aire vaya circulando y tu zona se mantenga lo más fresca posible.

Por supuesto, debes ventilar tu casa cuando el calor baja su intensidad, horas antes de ir a dormir. Es clave para que el calor no se te acumule en la habitación.

4Tiende una sábana mojada

Un truco de la abuela: cuelga una sábana mojada de tu ventana. Te ayudará a espantar el calor.

5 Apaga las luces y aparatos eléctricos completamente

Apaga todas las luces y aparatos eléctricos de tu dormitorio. Completamente, no vale el stand-by porque sigue emanando calor. Sustituye las bombillas incandescentes por fluorescentes compactos que producen la misma luz pero utilizan una quinta parte de la energía y, por tanto, emanan menos calor.


Artículo publicado en: EnAlquiler.com

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