Mantener el hogar limpio y sano es uno de los factores más importantes a la hora de cuidar nuestra casa. Se trata del espacio en el que pasamos más tiempo, por lo que tener unas condiciones de limpieza adecuadas es clave para que tu día a día sea más fácil y agradable.

Uno de los problemas a los que se enfrenta un hogar es el olor. Tener un aroma fresco y acogedor le dará otro ambiente al hogar. Hay muchas formas de conseguir que nuestra casa huela bien, aunque perfumar la casa con suavizante es un método sencillo y efectivo.

 

¿Por qué perfumar la casa con suavizante?

El suavizante de ropa, además de su uso tradicional, es excelente para perfumar el hogar. Es económico, fácil de usar y te permite personalizar el aroma de tu casa a tu gusto. Al utilizar este producto como ambientador estás optando por una solución asequible, además de optar un método seguro para los que sufren de alergias.

La variedad de fragancias disponibles te permite elegir exactamente cómo quieres que huela tu espacio. Además, el aroma del suavizante tiende a ser duradero, manteniendo tu casa con un olor fresco por más tiempo. También es versátil, pues puedes usarlo en un difusor, mezclado con agua para rociar sobre telas o incluso en bolsitas para armarios y cajones.

Material necesario para perfumar tu casa con suavizante

Para comenzar a crear tu propio ambientador casero, necesitarás algunos elementos que probablemente ya tengas en casa. Primero, asegúrate de tener suavizante de ropa, que será la base de nuestro ambientador debido a su agradable aroma y propiedades. Además, necesitarás agua y una botella pulverizadora para mezclar y aplicar la solución.

Si deseas personalizar aún más tu ambientador, puedes considerar incluir bicarbonato de sodio, que ayuda a neutralizar olores, o aceites esenciales, que añaden un toque aromático y terapéutico.

¿Cómo hacer un ambientador casero con suavizante?

Ahora que tienes todos los ingredientes necesarios, es momento de preparar tu ambientador casero. Estos son los pasos a seguir:

  1. Mezcla el suavizante con agua en una botella pulverizadora. El resultado ya podría usarse para perfumar tu hogar, pero no sería suficiente si buscas algo más efectivo.
  2. Disuelve bicarbonato de sodio en agua caliente. Esto ayuda a que se integre completamente antes de añadirlo a la mezcla.
  3. Incorpora el suavizante. Añade el suavizante a la mezcla de agua y bicarbonato. La proporción recomendada es una parte de suavizante por diez partes de agua, ajustando según la intensidad deseada.
  4. Agita bien la mezcla en la botella pulverizadora. Es importante agitar bien para asegurar que todos los ingredientes se mezclen adecuadamente y el bicarbonato no se asiente en el fondo.

 

Uso de aceites esenciales

Como se mencionaba antes, añadir unas gotas de tu aceite esencial preferido, como lavanda, eucalipto o limón, no solo personaliza el aroma de tu ambientador, sino que también puede aportar beneficios aromaterapéuticos. Estos aceites enriquecerán la atmósfera de tu hogar mientras proporcionan una sensación de bienestar. Para incorporarlos, simplemente añade entre 5 y 10 gotas a la mezcla de suavizante y agua, dependiendo de la intensidad deseada.

Uso de vinagre blanco

Otra opción es el vinagre blanco, que fortalece el poder desodorante del ambientador casero. Su capacidad para neutralizar olores lo hace ideal para combatir aromas persistentes como los de mascotas o tabaco. Para utilizarlo, mezcla una parte de suavizante con una parte de vinagre blanco y diez partes de agua

Ambientador con suavizante y sal

Otra opción más económica pero no tan efectiva es usar suavizante y sal para perfumar tu hogar. Solo necesitas mezclar una taza del suavizante, una de sal gruesa y dos de agua caliente. Disuelve bien la sal en el agua caliente y luego añade el suavizante, mezclando hasta obtener una solución homogénea. Vierte la mezcla en un botella pulverizadora y agita antes de usar. 

Ambientador casero mikado con suavizante

Crear un ambientador casero tipo mikado con suavizante es otra forma elegante y efectiva de mantener tu hogar perfumado de manera constante. Este tipo de ambientador utiliza varillas que absorben y difunden el aroma suavemente, asegurando una fragancia duradera.

Necesitarás un recipiente de vidrio, varillas de bambú o madera, suavizante y alcohol isopropílico (se vende en droguerías y supermercados).  La preparación es sencilla: mezcla una parte de suavizante por una parte de alcohol, vierte la solución en el recipiente y coloca las varillas. El líquido ascenderá por estas y el aroma se liberará gradualmente en el aire.

Ambientador casero para armarios

Ambientar las zonas interiores de tus armarios es una excelente manera de mantener tu ropa y textiles frescos y perfumados. Utilizando suavizante de ropa, puedes lograr un aroma duradero para tus prendas de vestir.

Necesitarás un frasco de vidrio o una bolsita de tela, suavizante y algún elemento absorbente como algodón o piedras pequeñas. Simplemente impregna el material absorbente con suavizante, colócalo dentro del recipiente y ubícalo en un rincón de tu armario. El suavizante liberará gradualmente su fragancia, manteniendo tus prendas con un olor fresco y agradable.

¿Cómo tener un olor agradable en casa?

Conseguir que tu casa huela a limpio es esencial para crear un ambiente acogedor y relajante. Además del uso de ambientadores caseros como los mencionados, existen diversas prácticas que puedes incorporar en tu rutina diaria.

La ventilación regular es crucial; abrir las ventanas cada día permite que el aire circule y disminuya la concentración de olores no deseados. Asimismo, puedes tener en cuenta varios trucos para limpiar superficies, textiles y pisos con productos aromáticos puede contribuir significativamente a mejorar el olor de tu espacio. Plantas como la lavanda, el eucalipto o el romero no solo purifican el aire, sino que también añaden un toque natural de perfume al ambiente.

Otra técnica efectiva es el uso de bicarbonato de sodio, que no solo te servirá para fabricar el ambientador. Espolvoréalo en alfombras o dentro de los cubos de basura antes de colocar una nueva bolsa. 

 

Fuente: Enrique Briz Farran

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