¿Ha llegado el momento de hacer la limpieza doméstica? Pues abra la despensa. Aunque rara vez el limón o el vinagre los guarde con los productos de limpieza, sepa que sus propiedades pueden emplearse para sacar brillo a las ventanas y hasta para fregar los platos. Tener la casa limpia es una necesidad básica, pero también tiene un impacto para el planeta. “Los productos de limpieza con lejía o amoniaco que utilizamos a diario llevan sustancias químicas que pueden ser nocivas para el entorno”, sostiene Silvia de Santos, especialista en tóxicos de Ecologistas en Acción. Pero, ¿y si pudiera limpiar el hogar con alimentos de la despensa mientras protege el medio ambiente? En este artículo se dan las recetas para fabricar los limpiadores ecológicos con los que conseguirlo.

Según la Asociación de Empresas de Detergentes y Productos de Limpieza, Mantenimiento y Afines (Adelma), cada año se usan cerca de 1.200 toneladas de productos de limpieza, entre ellos, detergentes, limpiadores de suelo y jabones de lavavajillas. «El problema es que muchos de estos productos acaban contaminando el aire que respiramos en casa, con el consiguiente riesgo para la salud», dice De Santos. Pero, además, los efectos nocivos no se quedan en el hogar: a través de la red de desagüe llegan a ríos, lagos y costas, lo que significa una grave amenaza para la vida silvestre.

Una limpieza más ecológica del hogar no solo implica saber con qué limpiar, sino también cómo. «Hay productos ecológicos incluso naturales, como el jabón de sosa, el vinagre o el limón, que sirven para desinfectar de forma suave la casa«, apunta De Santos. La clave de la limpieza ecológica está en aprender a limpiar y hacerlo más a menudo: «Si hacemos limpiezas frecuentes, necesitaremos productos menos fuertes para mantener la casa limpia. Además, podemos ventilarla dos veces al día y utilizar un trapo humedecido en agua para quitar el polvo, en lugar de un producto que contenga disolventes y fragancias tóxicas».

 

Para el metal: limón

Otros expertos, en cambio, ven con recelo el uso de estos productos tradicionales. «La limpieza ecológica sin productos químicos como la lejía o el amoniaco no resulta eficiente. Además, el riesgo de contaminación bacteriana crece», afirma Antonio Tijero, profesor de Productos Químicos de Consumo, de la Universidad Complutense de Madrid.

Sin embargo, Tijero reconoce que sí hay algunos productos de la despensa que resultan un aliado para las tareas de limpieza más ecológica y menos profunda. Entre ellos está el limón: «Cuando se utiliza el limón para limpiar en casa estamos introduciendo terpenos cítricos, que son hidrocarburos presentes en la piel de los cítricos que sí tienen interesantes propiedades de limpieza y desinfección, además de oler bien«.

El ácido débil del limón ataca el óxido metálico: al aplicar el zumo de esta fruta sobre la superficie metálica oxidada por el aire y la humedad, el óxido se neutraliza y se disuelve.

Para limpiar los platos: alcohol, vinagre, limón y agua

Pero aún hay más. Ester Bueno, educadora del programa «Hogares Verdes» del Centro Nacional de Educación Ambiental explica que productos como vinagre, aceite, alcohol y agua templada, bien conjuntados, ayudan a crear limpiadores ecológicos. «Podemos preparar limpiadores caseros de forma sencilla y barata, y sin emplear productos peligrosos para la salud ni para el medio ambiente», asegura.

¿Una muestra? Propone mezclar tres cucharadas soperas de jabón blanco rallado, 150 mililitros de vinagre de vino blanco y cinco mililitros de aceite esencial de limón en un litro de agua. Esta receta casera está pensada para limpiar los platos. Para prepararla, señala Bueno, «se disuelve el jabón en el agua y, después, se agregan el vinagre y el aceite esencial de limón. Cuando esté todo, conviene agitarlo bien para que quede una mezcla homogénea».

El secreto de esta receta reside, en buena parte, en el poder desinfectante del limón: «Este cítrico tiene una concentración que va del 3 % al 5 % de ácido acético en agua, un componente que sirve tanto como conservante pero también como un potente antioxidante natural», según De Santos.

Para los cristales: vinagre

El vinagre es otro de los productos de la despensa más recurrentes para la limpieza doméstica ecológica. «El vinagre ayuda a limpiar porque incluye una concentración de entre el 3 % y el 5% de ácido acético con capacidad para retirar sustancias y además desinfectar», comenta la experta en productos de Ecologistas en Acción. La explicación reside en que la mayor parte de los microorganismos es incapaz de sobrevivir en un entorno tan ácido. Aunque Tijero aclara que «su poder desinfectante es poco eficiente, y la limpieza que proporciona es menos enérgica que un detergente tradicional».

Sí puede usar el vinagre para dejar los cristales relucientes. Y la receta no puede ser más sencilla: mezcle tres cucharadas soperas de vinagre de vino blanco en un litro de agua templada, tirando a caliente. Pero esta fórmula no puede guardarse, sino que hay que prepararla el mismo día que se utilice. «Para usarla -añade Bueno- se debe mojar una bayeta en la solución y frotar los cristales. Para dejarlos brillantes, hay que secarlos después con papel de periódico».

 

Fuente: Eva San Martín

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