Codos fuera de la mesa, pero también, móviles. Servilleta en las piernas. Nada de hacer barcos con el pan en la sopa y en cuanto a la decoración de la mesa, mejor un mantel de color que uno blanco: te costará menos combinar elementos.

Hay un libro infantil, Los unicornios no tienen modales, que aglutina algunos comportamientos que convendría evitar en la mesa, como beber directamente de la tetera o comerse las plantas de decoración. No dudamos de que tú no caerás en dichos errores, aunque no está de más recordar lo de los codos en la mesa y la servilleta en las piernas.

Hoy vamos a darte algunas recomendaciones sobre el buen estar en la mesa, ahora que se acercan esos encuentros navideños añorados por unos y temidos por otros, todo hay que decirlo. Pero no solo: también aprovechamos para darte unos consejillos bien útiles para que tu mesa vista la mar de bonita, sacados de otra obra literaria, Antes mesa que sencilla (editorial Oberón). Y así, modales y decoración mediante, tendrás dos de las patas fundamentales para que la comida o cena navideña salga a pedir de boca… El resto, lo que pongas en el plato y los temas de conversación, ya corren por tu cuenta y riesgo.

Cómo tener buenos modales en la mesa

Huelga decirlo, pero antes de ponerse a la mesa hay que pasar por el baño para lavarse debidamente las manos, friendly reminder. Otras normas básicas: esperamos a que el anfitrión se siente para ponernos a comer. La servilleta, que deberá haber sido colocada o bien sobre el plato o en triángulo al lado de los cubiertos, debes ponerla en las piernas, pero no para que adorne sino para usarla. Por ejemplo, cada vez que bebas de tu copa de vino, a limpiarse con la servilleta.

El pan, si tienes dudas con cuál te toca comerte, es el de la izquierda, básicamente porque aunque hay zurdos, la derecha la utilizamos para coger la copa de vino. Así que el pan, a tu izquierda. Más cosas: no, la sopa no se sorbe, no estamos en Japón, ni tampoco se sopla. Si está muy caliente, toca remover con la cuchara. Y lo de hacer barquitos con el pan en la sopa o en la salsa… podemos admitirlo pero ten claro que un purista lo vería una falta al protocolo. Y por supuesto, de la mesa uno no se levanta hasta que no se ha terminado de comer (salvo necesidad imperiosa que tenga que ver con el baño) y los móviles no están encima de la mesa.

Decoraciones de Navidad para mesas

Y si hablamos de la mesa propiamente dicha, las autoras del libro de Oberón recomiendan jugar con el color (mejor mantel de color y elementos de otros colores que sobre mantel blanco, por ejemplo) y disponer los elementos de forma armónica. Y es que la armonía es fundamental tanto si eres fan de una tradición rococó (mesas recargadas), como si eres más de minimalismo nórdico.

Respecto a los manteles, antes comentábamos que las autoras del libro no recomendaban manteles blancos, pero sí que reconocen que cualquier tela bonita puede servir de mantel, hasta una colcha, siempre y cuando pueda lavarse siempre (yo misma utilizo a veces un enorme foulard comprado en países árabes). Es decir, no tienes por qué agobiarte si no dispones de la mantelería de la abuela.. Y aconsejan que mantel y servilletas sean de distinto color: ojo, servilletas de papel, mal. Primero, por tema medioambiental. Y segundo, por elegancia: una de tejido es siempre un plus.

Para los adornos de la mesa sirven desde elementos navideños, a elementos naturales (hojas, piñas…) y si no tienes flores frescas en casa pero sí fruta, puedes hacer un bodegón vistoso para ponerlo en el centro.

Si pones velas, siempre sin olor, porque las aromáticas pueden molestar al comensal. Y por supuesto, nada de inciensos a la hora de comer o cenar.

Y en cuanto a la vajilla, los cánones han cambiado: si antes se requerían completas, ahora lo que se lleva es la mezcla. Lo que sí recomiendan las autoras es que no dejes esa vajilla bonita solo para ocasiones especiales: úsala todo lo que puedas y siempre que tengas ocasión, viste bonita tu mesa.

 

Autor: Lucía Martín (Colaborador de idealista news)