Disfrutar de las zonas comunes de la comunidad de propietarios es un derecho de todos los vecinos; por lo menos de todos aquellos que no tienen deudas pendientes con los pagos referentes a la comunidad.
Sin embargo, en muchas ocasiones el uso de las zonas comunes del edificio es motivo de disputa. Y es que, a pesar de que la normativa es bastante clara al respecto, hay veces en las que no queda suficientemente claro qué se puede hacer y qué no en ellas. Buena prueba de ello son las zonas comunes de uso privado, que pertenecen al edificio pero que sólo ciertos propietarios pueden disfrutar.
Lo mismo sucede con las zonas comunes pero de uso común que, a pesar de que están a disposición de todos los vecinos, no siempre se usan de forma adecuada. A veces, porque no queda claro qué dicen las normas y otras porque algunos dueños abusan de ciertos espacios que son de todos, para su propio beneficio.
Un buen ejemplo de ello son aquellos propietarios o inquilinos que habitan en el edificio y que a menudo o, incluso, diariamente dejan la bicicleta, el patinete, la silla de ruedas o el carrito de bebé, entre otros, en las zonas comunes de la comunidad de vecinos. ¿Pueden hacerlo? ¿Qué dice la normativa al respecto? Te lo contamos.
¿Qué dice la normativa acerca del uso de zonas comunes en una comunidad de propietarios?
Como hemos mencionado, en todos los edificios hay zonas comunes de uso privado, que son todas aquellas que pertenecen a la comunidad pero que sólo algunos propietarios pueden usar por asignación. La mayoría de ellas suelen ser los patios interiores, los terrados, o las terrazas de los pisos bajos o los áticos. El resto de vecinos sólo podrán usarlas en caso de necesidad o emergencia.
Por otro lado están las zonas comunes, que son de uso común, es decir, que pueden usar todos los propietarios (aunque en algunos casos se podrá restringir el acceso a ciertas zonas comunes a un vecino que no paga la comunidad). Son todas aquellas consideradas para el uso y el disfrute del edificio, como el portal, las escaleras, los ascensores, la portería, los contadores, la fachada y los elementos estructurales, entre otros.
Ahora que ya sabemos qué diferencia hay entre las zonas comunes de uso privado y las de uso común, veamos qué dice la normativa acerca de su uso. La Ley de Propiedad Horizontal y el Código Civil coinciden en que un vecino puede usar de forma exclusiva de ciertas zonas comunes, siempre que respete a los demás residentes.
Sin embargo, es importante mencionar que en los estatutos de la comunidad debe reflejarse la posibilidad de usar dichos espacios comunes; en el caso de que no conste en éstos de forma explícita, también se debe pedir permiso a la comunidad de propietarios, que deberá decidir si lo acepta o no.
or lo tanto, cualquier vecino que quiera usar ciertas zonas comunes de uso comunitario deberá, además de respetar a los demás residentes, consultar si los estatutos de la comunidad permiten dicho privilegio. Si lo hacen, podrá usarlas sin problema; de lo contrario deberá pedirlo a la comunidad de propietarios, que deberá aprobarlo en junta por unanimidad.
¿Qué hay que hacer si un vecino hace uso de zonas comunes sin permiso de la comunidad?
Como hemos dicho, las zonas comunes de una comunidad de propietarios son para uso y disfrute de todos los vecinos, especialmente las zonas de paso, que son las más utilizadas.
Por lo tanto, si a pesar de no tener permiso de la comunidad, un vecino decide dejar su bicicleta, patinete o carrito de bebé en alguna zona de uso común, tenemos la posibilidad de quejarnos. Podemos hacerlo de forma amistosa, es decir, hablando directamente con él, para que deje de hacerlo o, la judicial, a la que deberemos recurrir si nuestro vecino se niega a respetar la ley. En este caso, deberemos acudir al presidente de la comunidad, que será el encargado de presentar una denuncia.
Por lo tanto, como hemos podido comprobar, es posible dejar la bicicleta o el carrito de bebé en zonas comunes del edificio, siempre que se respete a los demás vecinos y siempre que conste en los estatutos de la comunidad.
Fuente: Fotocasa Life - Actualidad, inspiración y cultura inmobiliaria