30Nov2015
El agua pluvial es un recurso natural que pocas veces sabemos aprovechar: el agua cae del cielo y discurre del tejado a las cañerías sin pena ni gloria, desperdiciando todo su potencial y su riqueza. Recoger y aprovechar el agua de lluvia era una práctica habitual hasta hace un siglo, sobre todo en las zonas rurales, cuando el suministro todavía no estaba canalizado. Con la llegada del agua potable a las casas el uso de agua de lluvia ha ido perdiendo importancia, sin embargo, instalar sistemas para aprovecharla te puede ayudar a ahorrar hasta un 50% del suministro. Descubre cómo funcionan y qué beneficios tienen estos equipos.

Claves para ahorrar con el agua de lluvia

De media, el consumo de agua por persona en una vivienda supone algo más de 150 litros diarios, de los cuales, un 50% va destinado al uso del inodoro, la limpieza, el riego y el funcionamiento de la lavadora y el lavavajillas. Si bien se suele utilizar agua potable para estos menesteres, lo cierto es que puede reemplazarse fácilmente por agua de lluvia.

El agua pluvial es ideal para el aprovechamiento doméstico por su excelente calidad: no tiene cloro, ni productos químicos, ni cal, por lo que la ropa, los electrodomésticos y las plantas se benefician de su pureza. Al ser más blanda que la del grifo, puedes ahorrar hasta un 50% del detergente en la lavadora y el lavavajillas, y, al no tener cal, evitas problemas en las tuberías o en el bombo de la lavadora, y supone un agua de riego más natural.

Las ventajas de su uso son, principalmente, el ahorro de los usuarios en la factura del suministro y el beneficio ecológico. Los defensores de su aprovechamiento señalan que la cantidad de agua que se puede lograr es también importante: con un aguacero de 30 l/m2 y una superficie de recogida de 150, se puede obtener una reserva de 4.500 litros.

Si cuentas que, en España, la media de lluvia anual supera los 500 l/m2, y tomas como ejemplo un edificio con una cubierta de 100 m2 y un aprovechamiento del 80%, obtendrás unos 40.000 litros de agua gratuitos cada año.

La instalación

La instalación de sistemas de aprovechamiento de agua pluvial es algo normal desde hace muchos años en el norte de Europa y, desde hace menos, en ciertas zonas de España.

A la hora de contratar una empresa instaladora, ésta deberá tener en cuenta los siguientes factores para poder colocar el depósito adecuado:

– La cantidad de lluvia media sobre la zona: el agua pluvial suele captarse en unos meses precisos y debe conservarse para utilizarse posteriormente hasta la nueva época de lluvias.

– El tamaño de la superficie de recogida: la superficie del tejado o la cubierta determinará en gran medida la capacidad de almacenaje para cada vivienda.

– Las necesidades a cubrir: es importante saber para qué quieres el agua de lluvia que recoges; Si sólo la quieres para actividades que no requieren del empleo de agua potable o si, además, la usarás para el consumo humano, ya que, en éste último caso, necesitarás una depuradora.

Existen diferentes subvenciones que afectan a este tipo de instalaciones, por lo que, a la hora de comprar el sistema, es recomendable que te informes en la autoridad urbanística o en la oficina de aguas y gestión de residuos, sobre cómo te afecta la legislación.

El funcionamiento

En cuanto a su funcionamiento, los sistemas de recuperación de aguas pluviales suelen consistir en un depósito subterráneo y una red de abastecimiento. Cuando llueve, el agua del tejado transcurre por unos canalones, se filtra, y se almacena en el tanque. Al estar bajo tierra, no ocupa espacio de almacenamiento en casa y el agua se conserva mejor.

En la vivienda se instala una red paralela a la del agua potable que suministra el agua pluvial mediante bombas hidráulicas y unos controladores de volumen para aquellos puntos donde quieras utilizarla (el inodoro, la lavadora, el jardín, el lavavajillas...). La red se puede configurar para que se dé prioridad al uso del agua del tanque, pero, si el depósito se agota, el sistema enciende un control de abastecimiento que lo conecta automáticamente al agua de la red.

Para garantizar la calidad del agua, es importante filtrarla antes de su recolección. Mantenerla en condiciones oscuras y cubrir el tanque con una malla antimosquitos que te ayudará a que el agua mejore con el tiempo. Cabe señalar que, tras un periodo de sequía, no se recomienda recolectar el agua de los primeros minutos de lluvia pesada.

En el caso de querer utilizar el agua de lluvia para el riego del jardín, existen depósitos específicos. Sólo debes adaptar un pequeño filtro a la bajante de agua del tejado, y conectarlo al tanque para poder almacenar agua pura.


Diseño básico del sistema de recogida


El diseño básico de un sistema de recogida de aguas pluviales consta de:

1. Cubierta: según los materiales usados tendrás mayor o menor calidad del agua recogida.

2. Canalón: recoge el agua y la lleva al depósito de almacenamiento. Es recomendable que pongas un filtro antes de los bajantes para evitar la entrada de hojas y similares.

3. Filtro: obligatorio para eliminar la suciedad y evitar que entre en el depósito o cisterna.

4. Depósito: el tanque donde se almacena el agua ya filtrada. Debe estar enterrado o situado en el sótano de la casa para evitar que le dé la luz, ya que provocaría algas y bacterias. Debe tener deflector de agua de entrada, sifón rebosadero antiroedores, sistema de aspiración flotante y sensores de nivel, entre otros elementos, para garantizar la calidad del agua.

5. Bomba: distribuye el agua por la red alternativa al suministro de agua potable y la lleva a los puntos previstos como la lavadora, el inodoro, el lavavajillas... Es muy importante que esté realizada con materiales adecuados para el agua de lluvia y que sea eficiente energéticamente.

6. Sistema de gestión agua de lluvia-agua de red: es el mecanismo que permite el control de la reserva de agua de lluvia y la conmutación automática con el agua de red. Es fundamental para aprovechar el agua de lluvia, pero innecesario si no existe otra fuente de agua.

7. Sistema de drenaje de las aguas excedentes, de limpieza, etc.: puede ser la red de alcantarillado, o el sistema de vertido que disponga la vivienda.

Antes del filtro, puede insertarse un sistema automático de lavado de la cubierta, que permite desechar de forma automática los litros iniciales de agua con más suciedad en las primeras lluvias después del verano.

Otros sistemas

En el mercado existen otros sistemas para recolectar el agua, aunque no resultan ni tan prácticos, ni tan provechosos, como son los captores de niebla: unas finas redes que condensan el agua en sus filamentos. Ésta se recoge en recipientes que luego son transportados mediante tuberías a los usuarios. Éste sistema sólo es provechoso en zonas muy áridas con escasez de agua y no han conseguido generalizarse por su coste, su fragilidad y sus necesidades de mantenimiento, entre otros factores.