15Mar2020

El coronavirus está poniendo en jaque a los sistemas sanitarios y por supuesto, a la economía de muchos países. A pesar de que todavía desconocemos muchas cosas del COVID-19, todos tenemos claro de que se trata de una enfermedad respiratoria que se propaga a través de gotas en el aire, que vienen de la tos o de los estornudos de una persona contagiada (de ahí la consigna de estornudar sobre el codo). También se sabe que las partículas virales pueden sobrevivir durante un tiempo en las superficies. ¿Cuánto tiempo? Pues eso depende de varios factores, como la temperatura y la humedad. De momento los expertos apuntan que puede durar “de horas a un día”, aunque algunos incluso hablan de una duración de hasta cinco días. 

Ante esta franja tan extensa, no es de extrañar que una limpieza extra siempre es pertinente, de ahí que el invento de estos franceses venga que ni al pelo: se trata de Skoon, un pomo que se desinfecta cada vez que alguien lo utiliza. Y así, el próximo que pase por allí se lo encontrará desinfectado y sin posibilidad de que ninguna bacteria se quede en su mano. Y es que, de acuerdo con un estudio realizado en el país vecino, uno de cada tres franceses no se lava las manos cuando va al baño. 

Skoon Smart Handle es como un pomo de puerta convencional con la única diferencia de que dispone de un discreto anillo (lo hay en diferentes colores) que se desplaza por el pomo después de cada uso. Mientras se desplaza, el anillo va liberando un desinfectante y un desengrasante, lo que permite neutralizar los gérmenes y la suciedad, dice el fabricante.

Ojo, para poder utilizarse, el pomo de la puerta debe ser como el que se ve en las imágenes, que suelen ser los habituales en hoteles, centros de salud, baños, etc. De hecho, la empresa, al estar el producto en fase de lanzamiento, está buscando acuerdos con hoteles, restaurantes, instituciones públicas, hospitales, escuelas, etc... Aunque el producto también está disponible para particulares.

Para que el anillo funcione basta una pila de 9 voltios y la recarga del producto se hace con un aplicador: una dosis es suficiente para varios días, según la empresa fabricante.

¿Cómo surgió la idea de este anillo antisuciedad? La idea nació cuando uno de los fundadores, Philippe Chaussard, tuvo que utilizar un pomo de puerta que estaba en un estado lamentable (a pesar de encontrarse en un hotel de lujo). Y es que la suciedad, las bacterias y los virus no saben de ni de lujos ni de clases sociales.

 

Artículo publicado por Lucía Martín